sábado, 3 de octubre de 2009

Reflexiones musicales



Escucha es Adagio del concierto de clarinete de Mozart mientras lees este texto de David Sánchez, de 4º C. Gracias David, por este regalo.

"Un músico cuando empieza a tocar entra en un mundo desconocido para el resto de la gente. Ese momento mágico, en el que se evade de la realidad cuando empieza a sacar su instrumento del estuche, que es mucho más bello en manos de un músico, que encerrado en su prisión.
Cuando se realizan los saludos previos entre estos dos grandes amigos y se elige la primera obra a interpretar, ¡empieza la magia!
Es inexplicable la enorme sensación de placer que se experimenta cuando estás tocando tu pieza favorita y cómo con esfuerzo y voluntad se repiten cientos y cientos de veces esos pasajes difíciles que no terminan de lograr, sólo por el objetivo de poder terminar esa obra que tanto le emociona.
Es incluso más hermoso ver a un músico improvisando, no importa el estilo, blues, jazz, clásico. Cuando un músico está improvisando es su alma la que habla a través de su instrumento.
Ay, ¡cómo será de grande el poder de la música! que era incluso capaz de curar las enfermedades de Beethoven. Para mí, ver a un músico tocar es la cosa más maravillosa del mundo, por eso cuando haya un concierto, ¡no lo dude, vaya a verlo! independientemente del estilo que sea, pues es sobre el escenario, donde se manifiesta la más viva expresión del alma a través del arte."

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