Un artesano de la música que dedicaba horas y horas a estudiar y copiar partituras de otros autores, así es como se empapó de otros estilos, sin haber viajado a más de 200 kms. de su pueblo. Quizá otro día dediquemos otro espacio a su vida personal.
Hoy prefiero detenerme más en su estilo: ese carácter tan profundo que impregna toda su obra, tanto su obra religiosa como la profana. Por supuesto, debido a las convicciones religiosas de Bach. Y aquí podemos comprobarlo en esta "gavota" que suena al clavecín.
La Gavota, también llamada Gavotte, gavot o gavote, tiene su origen en una danza popular francesa, y debe su nombre al pueblo de Gavot.
Podríamos decir que lo que la distingue es un tiempo de 4/4 o 2/2, y velocidad moderada, y en que las frases se inician siempre en la mitad del compás. En al Barroco formaba parte de la Suite, que es un conjunto de danzas, unidas de forma que contrastasen entre sí (las rápidas y las lentas, las binarias y las ternarias y así sucesivamente).
Aunque para comprobar ese espíritu religioso no hay nada como las cantatas.
Podemos resumir su estilo en:
-Equilibrio entre armonía y contrapunto
- Equilibrio entre melodía y polifonía (equilibrio tenso pero satisfactorio)
-Gran inventiva musical
-Gran fuerza del ritmo
-Claridad de la forma, basada en la idea de arquitectura musical
-Perfección técnica de cada detalle.
-Todas los géneros y formas que utilizaba, aunque él no los había inventado, los eleva a la perfección.
Y aquí está para terminar la "Cantata del Café", una cantata profana
muy entretenida.
En una época en que el café estaba muy de moda, casi acababa de
llegar de América, una hija, que toma muchísimo café, acepta que
su padre le encuentre un esposo, a condición de dejar de tomar café.
Lo que el padre no se figura es que la hija piensa volver a tomar
café en cuanto tenga un esposo. Aquí está la letra:
|
1 comentario:
Estas canciones germanas tienen cada letra más alucinante.
Publicar un comentario